Nunca escribiríamos intencionalmente capítulos sobre la confusión, el fracaso, la pérdida, el dolor, el conflicto o el sufrimiento en nuestras historias. Nadie planea luchar con su identidad en Cristo, luchar para amar a su marido, sentirse sola en el ministerio, o sentirse impotente en la maternidad. Sin embargo, a menudo nos encontramos en estas temporadas, luchando por abrazar la esperanza del Evangelio que necesitamos para llenar nuestras almas desanimadas. El libro de Colosenses nos guía por este studio.
Jueves | 7–8:30 p.m.
